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Mostrando entradas de enero, 2022

Al olvido...

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  Un día nuestro amor dejara de existir, por tu olvido y por mi olvido. ¿Estamos dispuestos a ser olvidados? Expulsados de corazones que nos amaron tanto y mentes que pensaron en ese amor intempestivo. Hay dos luchas, en cuanto al amor, que, a mi parecer, se llevan a cabo. Una es el “no me acuerdo”, un “no me acuerdo” desprevenido, indiferente. Algo que nosotros mismos intentamos conciliar mediante nuestro propio acto de pensar, o en este caso, el no pensar, obligados a no recordar, amenazados por los sentimientos. El “no me acuerdo” fingido es cobarde pues se esconde y vuelve a salir cada vez que los sentimientos lo acorralan. La otra es sabernos seres que olvidan por naturaleza; ¿pero en el amor, esto puede llegar a lograrse? Como un sentimiento tan humanamente autentico puede permitir tamaño sabotaje. No es el amor la virtud más pura que posemos, incapaz de lastimar, de omitir, y así mismo es más de las veces quien se rinde sin pelear frente al olvido. De repente es lo más fue

Nada

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  Una invitación, una mirada cómplice, un caricia desprevenida, las palabras amenas, el paseo y el beso ajeno… Mi retorno a una casa que solo me habla de ti, el desdén, el silencio y su insoportable presencia, el llanto, la ira y el rencor… La platica frente al espejo, el “todo estará bien”, mi estupido convencimiento, mi negación de la realidad, las ideas infalibles que solo habitan en mi cabeza…   El sosiego, ordenar la turbulencia, el revestir de mis penas y mis sentimientos, un disfraz para mis realidades, peinarme; el “estoy listo” entre sonrisa pícara y juguetona; golpean mi puerta, volver a empezar.  Nada me la devuelve. 

Crepúsculo

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 Al atardecer… por que tienes miedo? De olvidarte y que me olvides; que desaparezca este amor, el nuestro, como si nada hubiera sido, cuando en realidad fue tanto, tanto. Miedo a que tu amor y nuestros recuerdos se apaguen como el día, se pongan en un horizonte de olvido, una línea muy delgada entre olvidar y desparecer. Luego el silencio, el vacío y la nada.